sábado, mayo 31

Y me regalaron una flor.

Hace algunos días me había propuesto estudiar, había terminado varias actividades que tenía planeadas durante el día, por lo que me dedique a buscar un lugar cómodo para leer a gusto. Intente ponerme a leer en varios sitios, sin embargo, no terminaba de sentirme cómodo.

Intente acomodarme en casa, en una banca de un parque, en una biblioteca hasta en un star bucks; sin éxito. Seguía sintiéndome fuera de lugar, sin la comodidad necesaria para poder concentrarme en la lectura.

Finalmente, a punto de desistir de mi intento, empecé a caminar cerca de mi casa. Y a unas pocas cuadras me encontré con un café alternativo que abrieron hace poco. Este café esta dedicado a la gente que gusta de la música y las tendencias dark. Un lugar mas para la escena dark, como ellos comentan. Desde el nombre resulta clara la línea del lugar, y la gente que convoca: The scary witches.

Pase frente al café, y me sentí llamado por las cortinas de terciopelo guinda, por los candelabros y también por toda la gente vestida de negro.

Me metí, y m tome un café, y otro, y me quede un rato.

Por extraño que parezca, me sentí parte del lugar, ni siquiera estaba vestido de negro, como todos los demás, pero eso no parecía importar. Tampoco estaba en los preparativos de la fiesta de la noche, como todos parecían estar, sin embargo, aun con una música un poco alta, me pude poner a leer, y me sentí cómodo, y me concentré y avance en lo que estaba estudiando.

Al final, después de guardar mi libro y mis notas, recapacite acerca de esta costumbre que tengo de buscar lugares muy raros para estudiar, lo he hecho desde la universidad. La dueña del lugar, una locutora conocida desde hace varios años en la escena dark, en los espacios alternativos de la radio, se acerco para preguntarme si me había gustado, a lo que confesé que si, me había sentido muy bien ahí, y si consideran que soy vecino, pues seguramente estaré ahí en varias oportunidades en el futuro.

Me invitaron a ver una exposición de pintura que tenían en la planta alta del local, la cual me aprecio bastante buena, interesante, y eso si, muy irreverente. Al salir del local, me despedí de Klausen y la otra chica que me habían atendido, y me regalaron una flor de papel negro, un tulipán de origami......

No cabo duda, soy un bicho raro, y me encanta serlo.

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