Si camino con la cabeza viendo hacia las estrellas, lo hago para que mis lagrimas no caigan...

Las habilidades y destrezas que desarrollamos a lo largo de la vida nos ayudan a vivir, sin embargo, también nos limitan. Yo creo haber desarrollado una cierta habilidad para entender algunos aspectos de las otras personas, para saber (o intuir) lo que las personas quieren, o lo que las personas esperan. Creo que he desarrollado esa habilidad de alguna forma, me sirvió de algun modo para encontrar mi lugar en mi familia, y hasta el día de hoy la uso frecuentemente en mi trabajo. Y digo creo por que afirmarlo me sabe a una soberbia que me da asco. Solo que, en el proceso de desarrollar esa habilidad, deje algo de lado, algo se me olvido. Me olvide de lo que yo quería, me olvide de mi.

El escribir acerca de este tema no es particularmente agradable, fue realmente duro darme cuenta de cuantos años invertí en dar gusto a otros. Sin embargo, tampoco quiero adoptar la posición de victima por todo eso que ya paso y no puedo cambiar. Prefiero alegrarme por todos los años que puedo emplear para cambiar eso, y no dejarme de lado mas.

Tenía planeado ir a escalar hoy. Subir al Tepozteco, bajar por la cañada en varios tiros, en rapel. El plan salio de los amigos del grupo original de montañismo, con los cuales inicie mis practicas hace, pues aproximadamente 10 años. Tenia todo listo, la mochila, la cinta tubular, las vendas, el arnés, los mosquetones y el ocho. Todo estaba contemplado para un fin de semana agradable, deportivo, tomando sol y platicando con los amigos de antaño. Pero algo cambio el plan....

Oscar me había comentado que en el bar que frecuenta, en donde es VIP, habría tequila gratis toda la noche. Y, como el es VIP, pues también chelas. Esta muy cerca de mi casa el bar, así que cedí fácilmente ante el argumento de que "nada mas seria un ratito". Bueno, en realidad así sentí que fue todo, sentí que fue un ratito, pero en ese ratito se colaron varios tequilas, y muchas mas cervezas. Y, tengo que admitirlo, existe un encanto especial en que te sirvan chela tras chela, y no tener en ningún momento una botella vacía. Y si eso se acompaña con un buen cuate, una charla animada, bueno, es cuando se comprueba por enésima vez la relatividad del tiempo......

Así que me dio la madrugada bastante mareado, con muchísimo sueño, cansadísimo, eso si, muy contento, pero madreado. En el camino a casa evalué las alternativas: subir el Tepozteco, agotado, crudo, con calor... nel, para mártir nunca serví. Así que fui a desayunar algo, fui por la maleta, y me lance al lugar acordado con Perla para salir en la caravana. Pero solo fui a saludar, y dejar las cosas que prometí prestar para la escalada.

En otros momento me habría sentido mal por hacer eso, tendría una cruda moral tamaño caguama, pero hoy no. Hoy me siento solo un poco crudo. Pero, no es valemadrimso: es que me parece importante para reivindicarme a mi, lo que quiero. Siempre trato de planear, me parece genial darme la libertado de cambiar los planes en el ultimo momento que he aplicado últimamente y ahora lo aplique en este cambio repentino de dirección. Y, me agrada, por que, ahora veo la vida un poco diferente. Me sirve de mucho cambiar los "debo" por los "quiero". Me sirve darme tiempo para entender que siento, que quiero. Por lo menos en el momento.....

Al momento de escribir esto estoy en mi casa solito, desvelado, bien rico, con mi música. Acabo de ver una película que me agrado bastante. Gran Ecole. La frase que use como titulo de esta nota la tome de esa película. Y no por que tenga ganas de llorar, simplemente me parece bella.

Entiendo que este proceso de entenderme mejor, de conocerme mejor, bien podría terminar en algo padre. Me gusto. Me gustan muchas cosas que veo en mí. Siento que esto es un paso en la dirección adecuada.

O solo una forma muy rebuscada de justificar una buena peda, pero, que mas da.