La vida, o la realidad, no se como nombrarla, no deja de sorprenderme. El año pasado viví algunas experiencias que implicaron una serie de enseñanzas muy valiosas; y, como suele pasar, a veces no son fáciles de asimilar.
Terminé una relación de año y medio. Un buen amigo falleció por una sobre dosis. Otro, falleció de complicaciones en una enfermedad muy larga: uno mas falleció mientras lo operaban por un tumor cerebral. Un par de amigos se alejaron, creo que de forma definitiva. Creo firmemente en que buscarle una lección a los tragos amargos ayuda a darles sentido, ayuda a salir adelante y de alguna forma sirve para generar el cosmos, dentro de lo parece un caos. Pero los cursos intensivos no son fáciles.....
Como me dijo un amigo, pasé varios duelos muy seguidos. ¿Depresión? Creo que si. Definitivamente no puedo quejarme de la vida, o de lo que me ha tocado vivir, o tal vez por eso, por el hecho de no haber padecido problemas realmente graves, estas experiencias me dejaron emocionalmente en la lona.
Se me presento la oportunidad de viajar, a finales de Octubre. La tome.
Terminé una relación de año y medio. Un buen amigo falleció por una sobre dosis. Otro, falleció de complicaciones en una enfermedad muy larga: uno mas falleció mientras lo operaban por un tumor cerebral. Un par de amigos se alejaron, creo que de forma definitiva. Creo firmemente en que buscarle una lección a los tragos amargos ayuda a darles sentido, ayuda a salir adelante y de alguna forma sirve para generar el cosmos, dentro de lo parece un caos. Pero los cursos intensivos no son fáciles.....
Como me dijo un amigo, pasé varios duelos muy seguidos. ¿Depresión? Creo que si. Definitivamente no puedo quejarme de la vida, o de lo que me ha tocado vivir, o tal vez por eso, por el hecho de no haber padecido problemas realmente graves, estas experiencias me dejaron emocionalmente en la lona.
Se me presento la oportunidad de viajar, a finales de Octubre. La tome.
Y, casi sin darme cuenta, llegue a un paraíso. El cuate que me vendió el boleto de avión intento disuadirme. Sus argumentos, fueron: "ahí no hay nada, es muy peligrosos, nosotros recomendamos contratar un seguro para estos viajes...."
Afortunadamente no atendí a sus reclamos.
Volé a Bogota, luego a Quito, luego una jornada de doce horas en autobús hasta ese paraíso. A ese lugar lo llaman Cuyabeno, el nombre lo toma del río del mismo nombre. Este lugar, este río, están en la selva del Amazonas, hay poca gente, y, paradógicamente, la gente con la que conviví en ese lugar venia de Estados Unidos, y de Europa. Solo la gente de servicio era local. Y, ahí, en medio de la selva, de mariposas de azul metálico impresionante, de tarántulas gigantes, de aves que son fósiles prehistóricos, de guacamayas, de monos, de flores, de palmeras, de hormigas, de ranas de todos colores, de cocodrilos, de todo un mundo lleno de vida, encontré a Marleen. Aunque, como entendí después, no la encontré, en realidad la volví a encontrar.
Y es que en unos cuantos días, platicamos de todo, de películas, de libros, de ideas, de sueños, de viajes, de malas experiencias, de las mejores experiencias, de lo increíble que es ese paraíso; platicamos como se platica con un viejo amigo, ese tipo de amigos de toda la confianza, con los que uno puede hablar de los sueños mas increíbles y descabellados, y también de los miedos mas profundos que habitan en nuestros lados oscuros. De planes para el futuro, de sueños que valen la pena vivirse, de tantas cosas.....No entendía como podía sentirme así, abrirme así con una persona que recién conocida. Y como esa persona me dejaba asomarme a su alma de esa forma, como nos podíamos quitar las caretas y mostrar nuestras esencias. No entendí hasta que ella me lo explico. Era muy sencillo, ya eramos amigos, fuimos amigos en otra vida: simplemente nos reconocimos. Si, suena loco, pero, hace sentido.
El ultimo día que nos vimos en Cuyabeno, me quede con un pequeña y hermosa nota de despedida. Yo le dejé un cuaderno con un cuadro de Van Ghog que lleve hasta allá no sabia por que, hasta después entendí que era para ella. Mi carta fue envuelta en una pulsera hecha por los habitantes de esa parte de la selva, y estaba acompañada por un boleto de avión. Yo no sabia que podía ahorrarme 8 horas de autobús con ese vuelo. Aun conservo todo eso....
Lo genial es que el contacto con Marleen sigue hasta al fecha, y de que forma. Todo el año pensé en poder ir a Europa, a conocer los museos de los impresionistas, a ver catedrales gótica, a comer al lado del sena, a caminar por Holanda y finalmente conocer Praga; pero, sobre todo, para poder volver a estar con Marleen. Pero cambie de trabajo, y no puedo salir de vacaciones hasta el año entrante. Que bueno que Marleen sintió que México la llamaba, por que vino, y nos volvimos a ver, y nos volvió a dar un gusto impresionante el haber engañado al tiempo y a la distancia también, por que el gusto de volvernos a ver, desde aquella vez en Cuyabeno, o desde la última vida en la que fuimos amigos, fue genial, fue único, una de las experiencias que se viven pocas veces en la vida (o en varias vidas). Y la amistad continuo, caminando por la biblioteca Palafoxiana, alrededor del templo de Santo Domingo en Oaxaca, en cada pirámide de Monte Alban, en el restaurante italiano que tanto nos gusto, por el Paseo de la Reforma, por el Centro Histórico, en fin, toda una experiencia que encuentro difícil plasmar con palabras.
Se que la amistad seguirá, y se que, aunque la vida, o la realidad no nos permitan volver a estar juntos, no nos pueden separar. Se que en esta vida, o en la siguiente, se que seguiremos encontrándonos, compartiendo ideas y reflexiones, sonrisas y vino tinto.
Ahora se que Angel, Alejandro, Alex, Jaime, y todos los amigos que extraño, que ya no están aquí, seguirán sus caminos, y, probablemente, nos encontraremos en otra vida, y nos dará gusto hacerlo. Así como me emociona el saberme en contacto con Marleen.
Así que, ahora intuyo que la amistad no necesariamente esta acotada por la caducidad de nuestra envoltura. Ahora creo que podemos reconocer a los buenos amigos aun en una vida diferente. Ahora prefiero dar gracias por las amistades que he tenido (aunque ya no estén) y me emociona el saber que habrá nuevos amigos, y viejos amigos que reencontrar.
Marleen. Hace ya un año que nos reencontramos en Cuyabeno. Un año mas de ser amigos. He aprendido mucho de ti, veo y entiendo la libertad de una forma muy diferente ahora. Ahora tengo claro que puedo y quiero vibrar como lo hacen las personas que confían en su sensibilidad y en sus sueños. Retomo sueños que parecían rotos y olvidados, y descubro que están completos y aún por cumplirse. Ahora intuyo que el el amor es algo mas amplio de lo que sospechamos al inicio.....(¡¡¡Super bien!!! como dirías tu)
Se me acaba el tiempo, pero,
¿Que es el tiempo?
Muchas, muchas gracias por ests amistad.
Muchas, muchas gracias por ests amistad.
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